domingo, septiembre 13, 2009

¿Nunca te paso después del baño, ir en patas camino al lavadero con un calzón usado y con una cascara de banana para confundir con una inocencia de autómata los recipientes?

Te rescatas cuando casi el centrifugado, sorprendido de ese amarillo tan atonal.
(¿quíen vestiría esas ropas?)

sábado, septiembre 05, 2009

Antes tenían espejos

Subís al piso cuatro, anuncia una voz robótica y femenina.
Subís en un ascensor de esos que cierran herméticos, institucionalmente preocupantes, donde los laterales pulidos son cunas de reflejos.
Subís (y es esta la grosera omisión de la voz) con otras tres viejas que ya estaban cargadas, y que por un momento crees que fueron deliberadamente seleccionadas.
No es casualidad, te decís, que no haya una igual de vieja que otra, que parezcan abarcar entre ellas todas las clases sociales, todos los tipos de olores.
Son un muestrario promedio de futuro y decadencia, un aval identificatorio de muerte obligada, un signo indicial Pierceano de maquinaria descompuesta, otras tres paredes sugestivas de ascensor.
Suspiras. Sabes de que se trata.
Se abre la puerta en el piso dos.
Decidís bajar y subir dos pisos restantes por escalera.