jueves, febrero 18, 2010

Pirámides

Sostiene la lupa sobre la foto de un cráneo
a diez centímetros del pulgar deduce:
“solo podemos ver la punta de un iceberg”

Tras inmensos culos de botella y doblado a español rustico aclara:
“el decapitado fue tal vez un héroe”.

Caudal de sangre opalina tiñe el serrucho
desciende a la velocidad del transito
Medrano y Rivadavia, en el ruido
los dioses chochos bailan en el estrecho recinto
calcio y ferrito, el fuego de los ojos
el destello de sus fuegos de artificio.

Por mi que las pirámides se hundan.
Lo colosal me tiene sin cuidado.
No hay héroes a la redonda.

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