miércoles, diciembre 05, 2007

Vean lo siguiente: una chica joven se duerme en un colectivo. Un primer marco es la ventana. Deben ser algo así como las 22:15. El vidrio es atravesado mayoritariamente por oscuridad (la calle Medrano antes de Córdoba es bastante arbolada). Todos los locales cerrados. La luz llega con intensidad promedio de 50W en sincronismo con el movimiento del micro (gracias a los novedosos sensores de proximidad). Llega la luz de los spot que dan estructura y color a los lobbies, llega del irregular funcionamiento del alumbrado publico. Llega la luz y todo es remasterizado por un alternador, la velocidad oxidada, la vibración interna, lentes de lectores insistentes, dos focos de mala muerte. Su perfil se recorta. Parece perfecta intermitente. La cara se deja ver tal cual la queremos ver. El erotismo no es mas que una invitación a proyectar. Todo lo que queda afuera de la luz, todo ese material, es lo que invita a reconstruir el cansancio, el saber certeramente que esta soñando con su cama, que le quedan unos pocos segundos de perfume.

Vean esa foto.

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